Hace años al nuevo gobierno de un país del tercer mundo que acababa de salir de, digamos, una mala racha, una agencia de ayuda al desarrollo le donó unos equipos electrógenos, que misteriosamente fallaron TODOS al poco tiempo. El fabricante, extrañado, envió un técnico para ver que había pasado. Resulta que el encargado de mantenimiento local había leído en el libro de instrucciones algo así como:
Si se enciende la luz roja, el equipo está bajo de aceite...
Así que el encargado, ni corto ni perezoso, de dedicó a quitar todas las bombillas rojas...
Aunque nos pueda parecer grotesco, la realidad es que eso es lo que hace la Administración de este país en el tema de la Educación: cada vez que se enciende una luz roja, quita la bombilla.
Cada vez que se hace público el elevado índice de fracaso escolar, la opción elegida es bajar el nivel. Perdón, adaptar el currículo educativo a las necesidades específicas del alumno/a.
A mi, de entrada, me gustaría que alguien me explicase que coños es eso del fracaso escolar. ¿Por qué no se entiende que hay gente a la que no le gusta estudiar?.
Para mi fracaso escolar no es que el 30% de los alumnos fracasen en la ESO. Fracaso escolar son los Cursos de Nivelación, Curso Cero... o como quieran llamarlos, que hay que dar a los alumnos cuando llegan a la Universidad porque no tienen los conocimientos necesarios para seguir un primero de carrera.
Fracaso escolar son los licenciados trabajando en puestos por debajo de su cualificación profesional ¿Se necesita ser licenciado en Económicas para trabajar de Administrativo?
¿Y por dónde empezar para acabar con el susodicho? Pues, por el principio... Si uno entra en una Academia para aprender inglés, lo primero que te hacen es un examen y en función del resultado se te asigna un grupo. De manera que todos los grupos tienen, aproximadamente, el mismo nivel.
Pero la Administración sigue los mismos criterios que hace cien años: los conocimientos y la madurez vienen dados por haber nacido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año en curso. ¿Por qué no agrupar a los alumnos por capacidades/conocimientos en vez de por edades?
- ¿Qué me dice?
- ¿Qué eso sería clasificar a los niños en listos y tontos?
- ¡Coño! ¡Es que hay listos y tontos!
Cualquier modelo que no se adapte a la realidad está condenado al fracaso, y es que la realidad resulta ser muy terca.
Y acabo aquí este post, porque si no, no voy a terminar de publicarlo en la vida.
(Continuará)
2 comentarios:
Uff, tendría tanto que comentar a este post... Voy a intentar resumir, porque ya veo que pretendes continuar en el tema.
- Una de las últimas ministras de Educación declaró que el fracaso escolar no existe. Está prohibido hacerle ver al alumno que no ha logrado algo. Por lo mismo, se ha eliminado de las notas el 0. Hay que poner de 1 en adelante, aunque un alumno haya entregado un examen en blanco.
- Cualquier intento de agrupar a los alumnos según su nivel es discriminar y marginar. Cuando a los profesores se nos ocurren estas cosas, somos tachados de peores personas que los antiguos mercaderes de esclavos. Anda que si supieran otras cosas que comentamos entre nosotros... Como por ejemplo, que para que los alumnos pudiesen aprovechar mejor las clases separar a los chicos de las chicas (aunque sea sólo en algunas asignaturas) sería muy beneficioso, porque la realidad inapelable es que a esas edades hay un desfase de madurez entre ambos sexos que incide negativamente en el mejor aprovechamiento de unos y otras. Las niñas son más maduras, tienen mejor comportamiento, son más constantes y tienen más interés por aprender, en general. De forma que esa "adaptación y esa atención individualizada" tendría que atender también a enseñar a distinto ritmo y de distinta forma a chicos y a chicas. Lo cual es imposible porque encima te exigen que al hacer los grupos, haya aproximadamente el mismo número de unos y otras. Eso parece ser mucho más importante que el hecho de que presenten abismales diferencias que son insalvables tal como tenemos que trabajar con ellos, en clases masificadas, además. Porque esa ratio alumno/profesor que tan bonita quedaba en las leyes educativas no se cumple ni de coña.
Bueno, al igual que tú, corto aquí. Imagino que ya seguiremos hablando sobre el tema.
Y al margen de la voluntad para ello, ¿ tan costoso ó tan difícil sería una evaluación previa de cada alumno ?.
Ciertamente parece lo más lógico si lo que se pretende es esa adecuación a la persona, claro que quizás tendríamos que hacer algo similar con la mayoría de edad, y no darle el carnet al primer grillado que sobrevive hasta esa edad.
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