martes, 4 de mayo de 2010

La II República y los Mundos de Yupi.

El comentario de Amaranta y la posterior respuesta de Kotinussa, me han hecho bucear en la red y he encontrado algunas cosas que me gustaría compartir con vosotros.

La historia oficial, vigente hoy en día, nos dice que la República era un régimen democrático, que se fue al garete porque un grupo de militares facinerosos, encabezados por Franco, y apoyados por el gran capital se alzaron en armas contra el pueblo, temerosos de perder el poder en manos de los trabajadores.

A lo que me permito añadir lo que figura en los créditos finales de las películas: "cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia".

De entrada, Franco no organiza el golpe de estado. Es más, solo se une a última hora y tras el asesinato de Calvo Sotelo. Los organizadores del Golpe fueron,  Sanjurjo y Mola. De hecho, Franco llega al poder de pura chiripa al morir los anteriores en accidentes de aviación.

Tampoco el golpe de estado, lo dio el ejército contra el pueblo. Si hubiese sido así, la Guerra hubiese durado tres días, y no tres años.

Si alguien no me cree hay está, como ejemplo, el golpe de estado de Pinochet.

La Guerra Civil, fue la guerra de medio ejército contra el otro medio, de la mitad de la población contra la otra media, en resumen de media España contra la otra media.

Queda, pues, por responder la última pregunta: ¿era la República un régimen democrático?. Es cierto que durante la República se podía votar libremente y que hubo grandes avances en muchos campos; como, por ejemplo, el voto femenino (al que, por cierto se oponía la izquierda), pero eso no basta…

La situación en España cuando se proclama la República es explosiva: analfabetismo, pobreza, grandes diferencias sociales, hambre… lo que explica la situación tan tensa que se vivió en aquellos años y que  aquí tenéis reflejada en un mapa.

Si a esta situación le sumamos que el contexto internacional, con fascistas y comunistas buscando la hegemonía en Europa, no era el más favorable para la implantación de la democracia tenemos el caldo de cultivo perfecto para el conflicto.

En cualquier caso, eso no debe servir de excusa a los políticos de la época. Pudieron hacer las cosas de otra manera y no lo hicieron.

La realidad es que la República jamás fue un régimen democrático. Y no lo fue, porque ni las derechas, ni las izquierdas, ni las izquierdas ni las derechas (tanto monta, monta tanto) aceptaron las más elemental de las reglas de la democracia: saber perder

Así tenemos que
  • Año 1931, gana la izquierda, Sanjurjo da un Golpe de Estado
  • Año 1933, gana la derecha, la izquierda (PSOE, UGT y CNT) monta la Revolución de Asturias, que fue un golpe de estado en toda regla.
  • Año 1936, vuelve a ganar la izquierda, Sanjurjo vuelve a dar otro Golpe de Estado
Como muestra de lo ocurrido en aquellos años, basta con que nos ciñamos a los días previos a la Guerra Civil.

El asesinato de Calvo Sotelo, que fue el detonante de la Guerra Civil, se produce como represalia del asesinato del teniente Castillo, que a su vez fue represalia del asesinato de dos falangistas... (Desde el triunfo del Frente Popular hasta mediados de abril se contabilizaron en España más de 100 muertos y 500 heridos por razones políticas)

El teniente Castillo era, entre otras cosas, el instructor militar de las Juventudes Socialistas Madrileñas.

¿Alguien se imagina que ahora las NNGG del PP tuviesen un instructor militar?

Los asesinos de Calvo Sotelo fueron protegidos por tres diputados que se preocuparon de que pudieran permanecer escondidos (y así lo confesaron en sus memorias). A los pocos días de comenzar la guerra, el sumario del asesinato fue sustraído del Tribunal Supremo, a punta de pistola, por miembros de las Milicias Socialistas. Posteriormente fueron considerados héroes, lo que no es de extrañar ya que el autor material de los disparos, Luis Cuenca Estevas, pertenecía a la guardia personal de Indalecio Prieto.

Para acabar de redondear la jugada en enero de 1937, hubo una amnistía de los delitos anteriores al 15 de julio del 36.

Tras el entierro de Calvo Sotelo hubo una manifestación, en la que los manifestantes, tras haber sido cacheados varios veces por guardias de Asalto fueron tiroteados por las fuerzas de seguridad cuando se hallaban en la confluencia de las calles Goya y Alcalá con el resultado de cinco muertos y 34 heridos

¿Y cuáles fueron las reacciones al asesinato de Calvo Sotelo?

Indalecio Prieto, en El Liberal, 14 de julio:
La trágica muerte del Sr. Calvo Sotelo servirá para provocar el alzamiento... Será una batalla a muerte, porque cada uno de los bandos sabe que el adversario, si triunfa, no le dará cuartel.

Largo Caballero, en Claridad, 16 de julio:
La lógica histórica aconseja soluciones más drásticas. Si el estado de alarma no puede someter a las derechas, venga, cuanto antes, la dictadura del Frente Popular. Dictadura por dictadura, la de izquierdas. ¿No quiere el Gobierno? Pues sustitúyale por un Gobierno dictatorial de izquierdas... ¿No quiere la paz civil? Pues sea la guerra civil a fondo. Todo menos el retorno de las derechas.
Claro que en plena campaña electoral, semejante personaje había dicho en un mitin algo así como:

Queremos ganar por la fuerza de los votos, pero de no hacerlo lo haremos por la de las armas

Para ser justos, no todos los socialistas eran iguales. Incluso hubo quien hizo una reflexión premonitoria:
Si el gobierno no cierra el Parlamento hasta que se aquieten las pasiones, seremos nosotros mismos los que desencadenaremos, aquí dentro, la guerra civil".
(Besteiro, 16 de junio de 1936)


¿Justifica esa situación el Golpe de Estado? No, al menos desde mi punto de vista. Pero lo que si parece evidente, es que si no lo hubieran dado unos, lo hubieron dado los otros.

Lo único bueno que tuvo, es hubo un único y claro vencedor. Y antes de que comencéis a lapidarme, recordad lo que fueron las Guerras Carlistas:  auténticas guerras civiles que terminaban en empate técnico y que se prolongaron desde 1833 a 1876.

Para terminar: ¿cómo hubiese sido España si hubiesen ganado las fuerzas de la República?  Bueno, lo dejaré para otro post de historia contrafactual.

7 comentarios:

Tierra dijo...

Yo es que no entiendo muy bien por qué dices eso de lapidarte. Lapidarte por qué. Evidentemente puedo comentar que no me parece acertada la frase "a por cierto la izquierda se oponía al voto de la mujer", es una frase del mismo tener que el correo aquel que decía que conserjes y profesores de universiada ganaban lo mismo. Allí había muchos que se oponía al voto de la mujer, está claro que menos que los que luego consiguieron el sufragio de la mujer. Más que nada porque el machismo imperaba, de hecho fue una mujer la que en las cortes habló sobre la no conveniencia de que la mujer votara, así que imagínate si había machismo. No creo que ser de izquierdas imposibilitaba para ser machista.

Y por apuntar otro dato que a mi me pareció curioso, Franco iba a ocupar un cargo importante en la república cuando ganó el Frente Popular, puesto que él esperaba, lo que pasa es que se lo dieron a otro. Está claro que los tiempos no daban para un espíritu muy democrático, por el triunfo de la revolución rusa, por el fascismo y por la situación en sí que propiciaba este ambiente constantemente exaltado.

Lo que a mi me preocupa es que seguimos exaltados y nos siguen picando determinadas cosas, no a un nivel personal, sino al mismo nivel político. Lo que yo no veo normal es que escueza que se abra un caso porque también hay casos sin juzgar en el otro bando, la cuestión es que la justicia está abierta para todos, quienes no acueden a ella no tienen "derecho alguno" para prohibir a los demás que acudan a ella. Está claro que los juzgados si lo fuesen están muertos y bien muertos, y posiblemente allí nadie entendía ni quería la democracia como hoy la queremos, pero si la queremos tendremos que demostrarlo.

Vanbrugh dijo...

Sí, no se suele decir pero es bien cierto que proyectamos sobre la II República una veneración indiscutida por la democracia que es absolutamente extemporánea, un invento nuestro, muy posterior, que solo cuajó tras la victoria aliada de la II Guerra Mundial y con el afianzamiento de la guerra fría. No es solo que los próceres republicanos no observaran, en la práctica, ese respeto por la democracia que ahora creemos consustancial a cualquier político no extraparlamentario, es que tampoco tenían el menor inconveniente en no profesarlo en la teoría. Unos y otros admitían estarse sirviendo de la democracia como de una herramienta temporal al servicio de sus fines, que no tenían por que ser, ni eran, ni siquiera pretendían ser, democráticos. Ahora parece que los únicos atacantes de la democracia fueron los militares golpistas y sus cómplices fascistas, mientras que los republicanos leales eran un modelo de democracia formal, pero no hay nada menos cierto. En los años treinta no ya en España, en gran parte de Europa la democracia era una reliquia obsoleta y decimonónica, y lo “moderno”, bien en versión fascista, bien en versión socialista, era considerarla, todo lo más, como un arma transitoria, utilizable mientras no pudiera usarse otra, al servicio de fines totalitarios. Y ninguno de los dos bandos le hacía a la violencia el menor asco teórico ni práctico. De manera que presentar solo a uno de ellos como víctima de la violencia por el hecho fortuito de que perdió, y solo al otro como violento y antidemocrático porque da la casualidad de que ganó es, en mi opinión, una falacia histórica bastante irritante.

Numeros dijo...

Amaranta Lo de lapidarme es metafórico. A veces cuando he comentado esto en alguna reunión, automáticamente alguien ha saltado tachándome de pro-franquista, y no, la intención no es esa.

La frase de marras no deja de reflejar una anécdota histórica, ya que como bien dices, el machismo imperaba por doquier.

Si la pongo es porque me molesta la pretendida superioridad moral de la izquierda cuando hablan de ciertos temas: machismo, homofobia... como si fuesen patrimonio exclusivo de la derecha, cuando la realidad es otra muy distinta.

Del tema de los sueldos profesores/conserjes ya hablamos en su día. Sigo siendo de la opinión que no es razonable que un técnico superior gane lo mismo que alguien que solo tenga el bachiller.

Sobre si es o no oportuno el decirlo, pues supongo que cada cual se rasca donde le pica. De hecho tú misma te quejabas de que aquí un contable gana menos que un profesor de secundaria y que en EEUU era al revés. Quizás eso lo único que refleja es la escala de valores que cada país le da a sus profesionales.

Tierra dijo...

Mira Números la superioridad moral es algo que me molesta tanto como a ti, pero la superioridad moral no es una cuestión de ser de izquierdas o no serlo, hay quien la tiene y quien no. Y hay grupos de personas que hacen alarde de ella y hay grupos que no, la derecha tampoco está exenta de hacer alarde de superioridad moral en los temas que ella cree pertinentes.

No obstante en este país una ley de aborto nunca la hubiera propuesto el pp, una ley de matrimonios gays tampoco la hubiera propuesto el pp, etc, etc. Otra cosa es que no las modifiquen una vez ya aprobadas y que los avances morales de una sociedad, provengan de la iniciativa de la que provengan siempre calan en todas las personas.

El avance de la mujer en la sociedad es una cuestión aparte, creo que es de las pocas cosas para las que nos hemos unido las mujeres, el feminismo está muy por encima de ideologías.

No eso no es exactamente así Números (el hecho de que yo me quejara de lo del contable). El correo que trajiste y en tu discurso decías que España era el único país donde un profesor de universidad ganaba menos, proporcionalmente hablando, que en otras profesiones. A lo que yo te contesté que esa afirmación no era cierta a tenor precisamente de ese ejemplo que te puse.

Y te vuelvo a repetir que yo no estoy diciendo nada al respecto de lo que un profesor de universidad se merece ganar. Lo que te digo es que el ejemplo no era correcto. Cualquier profesor de matemáticas te diría que ganar 19000 euros por cuarenta horas trabajadas a la semana no es lo mismo que ganar esa misma cantidad por menos de veinte horas a la semana. Eso era lo que yo criticaba en una exposición que venía a decir que la preparación de nuestros futuros profesionales dependía de unos profesores que ganaban poco. Ellos ganarán poco y que el hizo el correo se merece un cero en matemáticas.

Con respecto a que los académicos se merecen mejores sueldos, que los exijan por la vía que todos los trabajadores lo exigimos.

Miroslav Panciutti dijo...

Excesivamente simplificada esta versión "igualitaria" de las causas de la Guerra Civil. Quizá, en este caso, hayas de profundizar en el tema algo más que a través de resúmenes de internet. Creo, además, que mezclas cosas distintas, tales como democracia y violencia. Había violencia prebélica en ambos lados, pero por distintos motivos y con distintas intensidades. De otra parte, si bien la situación llevó a la polarización, no todos los fines de lo que luego fue el bando republicano eran los mismos; para nada eran iguales los de Acción Republicana y los del PSOE y, dentro de éste, había diferencias acusadísimas entre Largo y Prieto, por ejemplo. Tampoco tienen mucho que ver la sanjurjada con la Revolución de Asturias ni, mucho menos, con el glorioso alzamiento. Tampoco fue medio ejército contra el otro medio (revisa las cifras de oficiales sublevados y, sobre todo, de medios bélicos disponibles).

Por último, la República, con todos sus defectos, era una democracia. Incipiente, claro (ten en cuenta de dónde salía), con tendencia a la radicalización (ten en cuenta el ambiente ideológico de los treinta) y todo lo que quieras ... Pero democracia. Y que conste que la democracia, por más que nos llenemos hoy en día la boca con el término, no es una meta en sí misma (y menos la formal), sino una forma de vivir en sociedad que, se supone, nos permite una convivencia mejor.

Lo malo de este post es que dices tantas cosas de forma tan escueta y tajante (bajo esa aparente tolerancia igualitaria) que habría que ir analizando una por una en detalle. La historia siempre es demasidado compleja y rica en matices como para compadecerse de las síntesis apresuradas.

Babunita dijo...

Sólo un pequeño matiz, cito su texto y me explico:

• Año 1931, gana la izquierda, Sanjurjo da un Golpe de Estado.

Siempre que aceptemos que, desde unas elecciones Municipales, se pueda cambiar el control del Congreso, porque las elecciones de 14 de Abril del ’31 eran Municipales, no Generales… Pongamos como ejemplo, este año, el que entrara, nos tocan elecciones municipales a todos, y, estando como está el patio y peor que se pondrá de aquí allí, ¿Aceptaríamos que tras haber barrido el PP en las mismas, se autoproclamara Gobierno de España? Sería absurdo, sin embargo, falta quien diga lo mismo en el caso idéntico del ’31.

• Año 1936, vuelve a ganar la izquierda, Sanjurjo vuelve a dar otro Golpe de Estado.

Nuevamente si aceptamos como ganar, la toma inmediata del poder sin que el recuento hubiera sido realizado, las Actas de Asturias, por ejemplo, son prácticamente inexistentes, por no hablar del desfase censal que hay en la misma provincia, en la ciudad de Oviedo entre el número de votantes votantes del ’31 y el ’36. Así pues, acepto que es un golpe de estado amparado políticamente hablando en las ilegalidades electorales que se llevaron a cabo durante las elecciones.
A todo este chanchullo electoral le falta un estudio serio, el de Tussel no me vale, sus fuentes no son sólo las actas que llegaron al congreso, que como mencionaba, no son todas, sino ¡LA PRENSA! Una prensa que permaneció censurada durante todo el periodo Republicano.

En cualquier caso, una guerra civil es lo peor que le puede ocurrir a un País, y nosotros, protagonistas actuales del mismo no deberíamos juzgar a nuestros antecesores inmediatos por el mero hecho de no haber vivido sus circunstancias. Lo que no deberíamos permitir si nos consideramos votantes libres, es la falacia de los próceres y anexos actuales. Otro asunto es el estudio serio de la historia. Para conseguir esto, obviamente sería imprescindible la despolitización de la Universidad, amén de toda la Enseñanza.

Por último y como coletilla a las salvajes frases de Prieto, creo que fue ampliamente superado por la amenaza directa de muerte de la señora Dolores Ibarruri a el señor Calvo Sotelo en el Congreso. Una lástima, no dispongo ahora mismo de la posibilidad de citarla textualmente, no obstante, los curiosos pueden encontrarlo en los Diarios de Sesiones del Congreso, además de en muchas memorias de personajes de la época.

Juan de Juan dijo...

Una leve precisión.

El asesinato de Castillo, según es hoy consenso prácticamente total de los historiadores razonables, no fue una venganza falangista. Parece ser que hubo falangistas que quisieron matar a Castillo, pero José Antonio habría dado la orden en contra. Todo parece indicar que la represalia fue de los tradicionalistas, por haber disparado a bocajarro en el pecho a Miguel Llaguno durante el entierro del alférez De los Reyes.