Ahora que llega el otoño, ya empiezo a echar de menos el verano. El sentarte en la terraza de noche y contemplar, si tenéis suerte y vivís en un lugar poco iluminado, como la Vía Láctea atraviesa todo el cielo. Ver todo el cielo lleno de estrellas, pensar que cada estrella tiene un mundo, y que en cada mundo hay, en ese momento, una persona sentada en la terraza contemplando el cielo lleno de estrellas...
No es difícil identificar hacia el norte una constelación en forma de W (Casiopea) y a su izquierda una que tiene forma de copa de champagne (Andrómeda). Quien tenga buena vista y poca luz alrededor, hacia la mitad de la copa, verá un pequeña mancha difusa. Es la Galaxia de Andrómeda, el objeto más lejano visible a simple vista, también con millones de estrellas y que cada estrella tiene un mundo... Y piensas en los millones de galaxias que están ahí, pero no ves, y en sus millones de estrellas y que cada estrella tiene un mundo...
Y luego piensas en la vida. Todo un ataque a la lógica y a las leyes de la termodinámica.
Por eso al más mínimo fallo, nos vamos al otro barrio
Y piensas en los que han llegado, en los que que están, en los que se han ido y, sobre todo, en los que se han ido antes de tiempo.
Y, es entonces cuando te preguntas:
¿Y todo este follón para nada?
A menudo me he tenido que comer mis propias palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada. (W. Churchill)
lunes, 23 de septiembre de 2013
miércoles, 12 de junio de 2013
De los berzas y otras malas hierbas (intelectuales)
A raíz de una reciente serie de post sobre el aborto, ojo que este post no va de esto, y otros sobre la enseñanza, la LOMCE (Ley de Ordeno y Mando de la Conferencia Episcopal) o de viajes me ha vuelto a sorprender la falta de rigor del personal a la hora de hablar o de aportar datos al hacer algún tipo de afirmaciones. Y es que a mí el que la gente haga afirmaciones gratuitas, llevadas muchas veces por el fanatismo o simplemente por su propia idiocia es algo que siempre me ha cabreado. Para compensar disfruto cuando me encuentro con tipos como Miros o Lansky que, con independencia de que coincida o no con sus opiniones, suelen justificarlas razonadamente.
¿Cómo alguien puede soltar algo del tipo curiosamente a todos los que les gusta el fútbol odian el baloncesto sin aportar algún referencia que lo refrende?. Pues muy sencillo: es algo que todos sabemos.
Este tipo de personas olvidan lo tremendamente polifacético que es el ser humano: a uno le puede gustar la carne, sin que por ello le deje de gustar el pescado o la verdura. Olvidan también que el hecho de que a todos los vegetarianos les guste la verdura, el gustarte la verdura no te hace vegetariano.
Aquí van otras dos perlas que me he ido encontrando:
Insisto que no pasa nada por no saber manejar un GPS o una lavadora… pero si Ud. mezcla ropa roja con blanca en su lavadora, lo más probable es que terminando sacando ropa rosa y, en este caso, toda la culpa será suya. De manera que si le pasa eso y Ud. culpa a la lavadora tendrá todo el derecho del mundo a llevarse el título de Berzas del Año.
Dejo al final, por ser los más peligrosos, a los fanáticos: aquellos que culpan de todos los males, reales o imaginarios, del mundo a un determinado Ente (ya sea la banca, los mercados, los judíos, Satán o las iglesias) sin pararse un momento a pensar (claro que si pensaran no serían fanáticos) que a lo mejor no todo es blanco o negro y que todas las culpas o males de este mundo no son de ese determinado Ente, objeto de nuestro odio, si no que están en nosotros mismos.
Lo que, naturalmente, no quita para que el Ente en cuestión sea un joputa del quince.
En fin supongo que esta forma de pensar hace de mi un tipo bastante borde y que, a poco que me lo proponga, sea bastante desagradable.
¿Cómo alguien puede soltar algo del tipo curiosamente a todos los que les gusta el fútbol odian el baloncesto sin aportar algún referencia que lo refrende?. Pues muy sencillo: es algo que todos sabemos.
Este tipo de personas olvidan lo tremendamente polifacético que es el ser humano: a uno le puede gustar la carne, sin que por ello le deje de gustar el pescado o la verdura. Olvidan también que el hecho de que a todos los vegetarianos les guste la verdura, el gustarte la verdura no te hace vegetariano.
Aquí van otras dos perlas que me he ido encontrando:
- El sistema educativo A es mejor que el B, y la prueba es que a mí me ha ido mejor. Si no me cree pregunte Ud. en la calle y verá como todo el mundo opina lo mismo. (Aquí sustituya sistema educativo A por enseñanza concertada/pública y B por pública/concertada; que idiotas los hay en los dos bandos)
- Me quedé a trescientos metros de lo que buscaba porque me ha fallado el GPS. Uno no es un berzas porque no sepa manejar el GPS o la lavadora. Uno se convierte en berzas cuando culpa a los cacharros de sus errores y de su ignorancia. Mire, so berzas, los GPS, como las calculadoras, acostumbran a no fallar. Si acaso se quedan sin pilas, y cuando fallan lo hacen de forma tan estrepitosa que es imposible no darse cuenta. De suerte que si una calculadora falla, la respuesta al decirle 2+3 no va a ser 4,9 será 99999,999 o se pondrá a parpadear como una loca. Por idéntico motivo un GPS no cometerá un error de 300 m al llegar a su punto destino, lo cometerá, si falla, de 3000 km. A título informativo las posibles fuentes de error en ese caso son:
- Que el usuario no haya introducido bien las coordenadas
- Que al usuario se le haya olvidado introducir la altura (Esto en los navegadores de coche no hay que hacerlo, pero sí en los de mano. Por eso no conviene usar un navegador de coche para ir por el campo)
- Que el usuario haya sacado las coordenadas en un mapa referenciado en un determinado datum y que el GPS lo tenga funcionando en otro.
Insisto que no pasa nada por no saber manejar un GPS o una lavadora… pero si Ud. mezcla ropa roja con blanca en su lavadora, lo más probable es que terminando sacando ropa rosa y, en este caso, toda la culpa será suya. De manera que si le pasa eso y Ud. culpa a la lavadora tendrá todo el derecho del mundo a llevarse el título de Berzas del Año.
Dejo al final, por ser los más peligrosos, a los fanáticos: aquellos que culpan de todos los males, reales o imaginarios, del mundo a un determinado Ente (ya sea la banca, los mercados, los judíos, Satán o las iglesias) sin pararse un momento a pensar (claro que si pensaran no serían fanáticos) que a lo mejor no todo es blanco o negro y que todas las culpas o males de este mundo no son de ese determinado Ente, objeto de nuestro odio, si no que están en nosotros mismos.
Lo que, naturalmente, no quita para que el Ente en cuestión sea un joputa del quince.
En fin supongo que esta forma de pensar hace de mi un tipo bastante borde y que, a poco que me lo proponga, sea bastante desagradable.
miércoles, 22 de mayo de 2013
Una de hipocresía, con dos gotas de azúcar, por favor.
La hipocresía es, de acuerdo al diccionario de la RAE, el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Es lugar común que tildar a alguien de hipócrita sea una de las mayores ofensas que podemos hacer, como también lo es tachar de hipócritas a todos aquellos que no viven de acuerdo a lo que nosotros creemos correcto (craso error).
Aunque creo que, por una vez, estamos todos de acuerdo en que la hipocresía es algo perverso, me gustaría realizar una defensa de la misma. Al fin y al cabo, sería hipócrita por nuestra parte no reconocer que en alguna ocasión hemos sido unos hipócritas.
A diferencia de, por lo visto, otras personas descubrí que vivíamos en una sociedad de y para hipócritas en mi más tierna infancia, y eso fue de la mano (y nunca mejor dicho) de la persona más tierna y maravillosa del mundo: mamá.
La cosa fue, más o menos como sigue. Debía yo de rondar los cinco - seis años y estaba de visita una vecina de las asiduas. Al irse, mi madre comentó a mi padre
- ¡Vaya tía pesada! ¡Menos mal que se ha ido!
(En defensa de mi madre, he de decir que efectivamente era una pesada)
A los pocos días vuelve a casa y mi madre la recibe con un efusivo
Mamá: - ¡Qué alegría verte! -
Yo: Pero, mamá, ¿no decías que era una pesada?
¡¡¡Zas!!! ¡¡¡En toda la boca!!! Literalmente.
Descubrí entonces, sobre todo cuando lapesada volvió a venir a casa a los pocos días, que una cosa es lo que pensamos, otra muy distinta lo que decimos y otra más diferente aún en como actuamos.
También descubrí a pensarme mucho las cosas antes de decirlas, sobre todo en presencia de mamá.
Desde entonces, tengo para mí que la hipocresía no es más que el aceite que lubrica las relaciones humanas y que hace que podamos vivir en sociedad sin sacarnos los ojos los unos a los otros.¿De verdad alguien soportaría vivir en una sociedad en donde todos fuéramos sinceros al 100% el 100% de las veces?
Pero, por Dios, si, en el colmo de la la hipocresía, hasta hemos inventado un palabra para cuando queremos ser hipócritas: "mentira piadosa"
Ahora mi top list de hipócritas preferidas
Me gustaría también hacer una matización. Creo que los seres humanos a veces hacemos lo contrario de lo que decimos, o que somos capaces de defender simultánemente posturas contradictorias, Por ejemplo, defender el aborto, porque es un tema que solo atañe a la madre, y a continuación restringirlo con plazos y condiciones. Este hecho de ser incongruentes, no me parece ni tan malo ni tan grave, ya que eso es una de las características que nos hace ser humanos. Si no tuviésemos estas contradicciones internas, no seríamos nada más que meros robots.
Otra cosa muy distinta, es que hagamos de estas contradicciones nuestra razón de ser, en cuyo caso es más que probable que seamos bipolares.
Para terminar, reconozco que yo también soy un hipócrita (aunque no el 100% de mi tiempo, ni el 100% de las ocasiones).
1Aunque aquí hablo de mujeres que se casan con hombres, hay que entenderlo en todas las combinaciones posibles: HM HH MM MH
Es lugar común que tildar a alguien de hipócrita sea una de las mayores ofensas que podemos hacer, como también lo es tachar de hipócritas a todos aquellos que no viven de acuerdo a lo que nosotros creemos correcto (craso error).
Aunque creo que, por una vez, estamos todos de acuerdo en que la hipocresía es algo perverso, me gustaría realizar una defensa de la misma. Al fin y al cabo, sería hipócrita por nuestra parte no reconocer que en alguna ocasión hemos sido unos hipócritas.
A diferencia de, por lo visto, otras personas descubrí que vivíamos en una sociedad de y para hipócritas en mi más tierna infancia, y eso fue de la mano (y nunca mejor dicho) de la persona más tierna y maravillosa del mundo: mamá.
La cosa fue, más o menos como sigue. Debía yo de rondar los cinco - seis años y estaba de visita una vecina de las asiduas. Al irse, mi madre comentó a mi padre
- ¡Vaya tía pesada! ¡Menos mal que se ha ido!
(En defensa de mi madre, he de decir que efectivamente era una pesada)
A los pocos días vuelve a casa y mi madre la recibe con un efusivo
Mamá: - ¡Qué alegría verte! -
Yo: Pero, mamá, ¿no decías que era una pesada?
¡¡¡Zas!!! ¡¡¡En toda la boca!!! Literalmente.
Descubrí entonces, sobre todo cuando la
También descubrí a pensarme mucho las cosas antes de decirlas, sobre todo en presencia de mamá.
Desde entonces, tengo para mí que la hipocresía no es más que el aceite que lubrica las relaciones humanas y que hace que podamos vivir en sociedad sin sacarnos los ojos los unos a los otros.¿De verdad alguien soportaría vivir en una sociedad en donde todos fuéramos sinceros al 100% el 100% de las veces?
Pero, por Dios, si, en el colmo de la la hipocresía, hasta hemos inventado un palabra para cuando queremos ser hipócritas: "mentira piadosa"
Ahora mi top list de hipócritas preferidas
- Los adolescentes. Siempre dispuestos a salvar el mundo, criticando el egoísmo y la falta de solidaridad de la clase dirigente. Capaces de limpiar las selvas y los polos (norte, sur, este y oeste) y de jugarse la vida por la foca mesopotámica. Ahora prueba a decirles que limpien su cuarto o que ayuden a su madre a limpiar la cocina que ellos han ensuciado.
- Las mujeres que se casan con los hombres1 por causas tan peregrinas como: el irse de casa (es que el ambiente era irrespirable), es un buen partido, tenía que hacerlo (?), seguro que será un buen padre/madre, es de buena familia... Sinceramente, prefiero a las prostitutas. A ellas al menos sabes porque te las estás *****. Además, ¿cómo se puede tener tanta cara de jurar delante de tantas personas que amas a una persona sin ser verdad?. Eso sí, para compensar, cuando su matrimonio fracasa, no hacen más que culpar a la parte de contratante de la primera parte omitiendo deliberadamente el motivo real de su boda.
- Aquellos que no hacen más que quejarse de que vivimos en una sociedad de hipócritas. ¿Y tú, que, macho? ¿Acaso vives en Urano? ¿Lo acabas de descubrir?. Pues tengo otra mala noticia que darte: los reyes son los padres.
Me gustaría también hacer una matización. Creo que los seres humanos a veces hacemos lo contrario de lo que decimos, o que somos capaces de defender simultánemente posturas contradictorias, Por ejemplo, defender el aborto, porque es un tema que solo atañe a la madre, y a continuación restringirlo con plazos y condiciones. Este hecho de ser incongruentes, no me parece ni tan malo ni tan grave, ya que eso es una de las características que nos hace ser humanos. Si no tuviésemos estas contradicciones internas, no seríamos nada más que meros robots.
Otra cosa muy distinta, es que hagamos de estas contradicciones nuestra razón de ser, en cuyo caso es más que probable que seamos bipolares.
Para terminar, reconozco que yo también soy un hipócrita (aunque no el 100% de mi tiempo, ni el 100% de las ocasiones).
1Aunque aquí hablo de mujeres que se casan con hombres, hay que entenderlo en todas las combinaciones posibles: HM HH MM MH
lunes, 18 de marzo de 2013
El soroche y los políticos
El soroche, o mal de altura, es un fenómeno que aparece a grandes alturas debido a la falta de oxígeno (hipoxia). Entre los efectos de la hipoxia están, entre otros, la disminución del rendimiento mental que reduce el juicio y la memoria.
Recuerdo haber visto en televisión un programa en el que un individuo buscaba formas humanitarias de ejecutar a los condenados a muerte. En este programa demostraba que la hipoxia era, curiosamente, la mejor forma de ejecución, ya que la muerte se producía sin sufrimiento. Para probarlo se introdujo él mismo en una cámara de la que se iba extrayendo poco a poco el aire, simulando el ascenso por una montaña. Le acompañaba un médico, embutido en un traje de astronauta, que además de comprobar sus constantes vitales, le hacía diversas pruebas de agilidad mental muy elementales (¿7+5?) y de control de movimientos como hacer rompecabezas muy sencillos. Todo iba bien, hasta que la hipoxia comenzaba a manifestarse a partir de los 2500 m. En ese momento el sujeto era incapaz de resolver algo tan simple como 3+5 o introducir una pieza con una forma determinada en su agujero correspondiente.
Cuando el médico consideraba que podía existir peligro para la vida del protagonista ponía fin a la la prueba y le interrogaba acerca de sus impresiones. Y aquí viene lo bueno. Cuando le preguntaba acerca de como creía que habían sido los resultados, nuestro amigo estaba encantado de haberse conocido y decía que todo lo había hecho perfecto, cuando la realidad es que había sido incapaz de sumar, literalmente, dos más tres.
Pues bien creo que con la clase dominante, ya sea en la política, en la cúpula de una empresa, un cantante de rock de éxito o un famosillo del Gran Hermano, sucede lo mismo. No está de más recordar que los romanos, pueblo práctico donde los haya, situaban a un esclavo detrás del general victorioso mientras desfilaba por las calles de Roma, que no hacía más que susurrarle al oído: ''Memento mori'': "Recuerda que eres mortal".
Confieso que siempre me ha fascinado el origen de la fuente del poder los gánster. Creo que éstos, como los dictadores, alimentan su poder en un curioso fenómeno de retroalimentación: tienen poder porque mucha gente les obedece, y mucha gente les obedece porque tienen poder. Naturalmente cuando lo pierden la caída suele ser brutal y si no que se lo pregunten a Ceaucescu o, más recientemente a Gadaffi y terminan muriendo sin saber exactamente que es lo que está pasando.
De manera que no es de extrañar que si pillamos a un tipo más o menos brillante que se rodea de un coro de aduladores que nunca le llevan la contraria, ya sea por miedo o por egoísmo, termine por no ver la realidad y creyéndose que está en la cima de una montaña. Cuanto más poder acumula, más le adulan, perdiendo, como en el caso de la hipoxia, cada vez más el contacto con la realidad y creyéndose que todo lo hace es perfecto aunque lo único que haga sea cagada tras cagada.
Afortunadamente las democracias tienen una buena vacuna contra esta hipoxia del líder y consiste en hablarle claro y, llegado el caso plantarle cara, sin miedo a las represalias. Por ejemplo, en plena IIGM al bueno de Churchill todo el Estado Mayor le amenazó con dimitir si ordenaba bombardear Alemania con armas químicas o bacteriológicas.
Desgraciadamente en España el espíritu de la Dictadura sigue presente, y nadie osa en hablar claro al líder ni cuestionar sus decisiones ("Quien se mueva no sale en la foto," Alfonso Guerra dixit) así que no es de extraña que cuando Dolores Cospedal (que no de Cospedal) plantease lo de indemnización en diferida, nadie tuviese el coraje de espetarle que eso era una chorrada del quince.
Por eso, Lansky, Miros, Vanbrugh et al defiendo que lo triste y grave de nuestra clase política es que se creen las mentiras que nos dicen, aunque sean los únicos que lo hagan.
Y todo esto viene de este post de Miros.
Recuerdo haber visto en televisión un programa en el que un individuo buscaba formas humanitarias de ejecutar a los condenados a muerte. En este programa demostraba que la hipoxia era, curiosamente, la mejor forma de ejecución, ya que la muerte se producía sin sufrimiento. Para probarlo se introdujo él mismo en una cámara de la que se iba extrayendo poco a poco el aire, simulando el ascenso por una montaña. Le acompañaba un médico, embutido en un traje de astronauta, que además de comprobar sus constantes vitales, le hacía diversas pruebas de agilidad mental muy elementales (¿7+5?) y de control de movimientos como hacer rompecabezas muy sencillos. Todo iba bien, hasta que la hipoxia comenzaba a manifestarse a partir de los 2500 m. En ese momento el sujeto era incapaz de resolver algo tan simple como 3+5 o introducir una pieza con una forma determinada en su agujero correspondiente.
Cuando el médico consideraba que podía existir peligro para la vida del protagonista ponía fin a la la prueba y le interrogaba acerca de sus impresiones. Y aquí viene lo bueno. Cuando le preguntaba acerca de como creía que habían sido los resultados, nuestro amigo estaba encantado de haberse conocido y decía que todo lo había hecho perfecto, cuando la realidad es que había sido incapaz de sumar, literalmente, dos más tres.
Pues bien creo que con la clase dominante, ya sea en la política, en la cúpula de una empresa, un cantante de rock de éxito o un famosillo del Gran Hermano, sucede lo mismo. No está de más recordar que los romanos, pueblo práctico donde los haya, situaban a un esclavo detrás del general victorioso mientras desfilaba por las calles de Roma, que no hacía más que susurrarle al oído: ''Memento mori'': "Recuerda que eres mortal".
Confieso que siempre me ha fascinado el origen de la fuente del poder los gánster. Creo que éstos, como los dictadores, alimentan su poder en un curioso fenómeno de retroalimentación: tienen poder porque mucha gente les obedece, y mucha gente les obedece porque tienen poder. Naturalmente cuando lo pierden la caída suele ser brutal y si no que se lo pregunten a Ceaucescu o, más recientemente a Gadaffi y terminan muriendo sin saber exactamente que es lo que está pasando.
De manera que no es de extrañar que si pillamos a un tipo más o menos brillante que se rodea de un coro de aduladores que nunca le llevan la contraria, ya sea por miedo o por egoísmo, termine por no ver la realidad y creyéndose que está en la cima de una montaña. Cuanto más poder acumula, más le adulan, perdiendo, como en el caso de la hipoxia, cada vez más el contacto con la realidad y creyéndose que todo lo hace es perfecto aunque lo único que haga sea cagada tras cagada.
Afortunadamente las democracias tienen una buena vacuna contra esta hipoxia del líder y consiste en hablarle claro y, llegado el caso plantarle cara, sin miedo a las represalias. Por ejemplo, en plena IIGM al bueno de Churchill todo el Estado Mayor le amenazó con dimitir si ordenaba bombardear Alemania con armas químicas o bacteriológicas.
Desgraciadamente en España el espíritu de la Dictadura sigue presente, y nadie osa en hablar claro al líder ni cuestionar sus decisiones ("Quien se mueva no sale en la foto," Alfonso Guerra dixit) así que no es de extraña que cuando Dolores Cospedal (que no de Cospedal) plantease lo de indemnización en diferida, nadie tuviese el coraje de espetarle que eso era una chorrada del quince.
Por eso, Lansky, Miros, Vanbrugh et al defiendo que lo triste y grave de nuestra clase política es que se creen las mentiras que nos dicen, aunque sean los únicos que lo hagan.
Y todo esto viene de este post de Miros.
lunes, 22 de octubre de 2012
Cataluña y los Reynos de las Españas
A lo largo de estas últimas semanas se han ido publicando en diferentes periódicos y blogs puntos de vista acerca de el problema catalán. Éstos varían desde sobre los pasos legales que habrían que darse para que Cataluña adquiera su independencia, hasta cómo responder a la amenaza del independentismo. Al ir leyéndolos, y sobre al ir leyendo los comentarios que la gente hacia sobre Cataluña y su relación con el resto de España, uno tiene la impresión de estar asistiendo a un diálogo de sordos donde cada parte expone sus ideas sin atender lo que dicen los demás.
En lo que si parece haber un acuerdo tácito entre los contertulios es que el desencuentro entre ambas partes viene motivado en gran medida por el franquismo y que la Constitución de 1977, que debería haber supuesto la superación de dicho trauma, ha sido incapaz de solucionarlo. Aparte de ese punto, parece imposible llegar a un acuerdo entre nosotros, por lo que me pregunté como nos verían desde fuera, y por ello comencé a viajar atrás en el tiempo.
Viajando, viajando llegué a 1830 donde un viajero inglés Richard Ford, hizo un retrato de la España de la época, que plasmó en sus libros A Handbook for Travellers in Spain: Andalucia, Ronda and Granada, Murcia, Valencia, and Catalonia y Gatherings from Spain. También, sin duda influenciado por los viajes de Ford, L. G. Seguin dió su visión de España en A Picturesque Tour in Picturesque Lands. De la lectura de estos libros podemos entresacar cosas bastante interesantes. Para empezar que el sentimiento de España, como nación única, no ha estado hasta hace bien poco asentado entre nosotros:
Quizás esta visión pueda parecer un poco folclórica, pero no estaría de más recordar las sangrientas revoluciones cantonales que asolaron España, poco después, en 1873.
Las consecuencias para tan ilustres visitantes son claras:
Y ya puestos, ¿qué opinan tan ilustres visitantes de Cataluña y los catalanes?
¿Qué conclusiones podríamos sacar al respecto? Bueno, quizás con la perspectiva que da el tiempo el único problema con catalanes y vascos es que aún necesiten un pequeño hervor, de unos 150 años, para terminar de sentirse españoles. Quizás, no se sentirán nunca y el problema siga pudriéndose, por lo que, visto así, a lo mejor, lo del referéndum no es tan mala idea.
Desde luego, y con independencia del valor de sus juicios, lo que está claro es que el problema catalán, no es algo de hace unos días y que, mal que les pese a muchos, Franco tuvo poca culpa al respecto.
En fin, como dirían los clásicos: "nihil novum sub sole".
P.S. A los aficionados a los libros antiguos os recomiendo el siguiente enlace: Internet Archive Search
1 Pero es difícil e incluso incorrecto hablar de España como un todo indivisible. Tal cosa nunca ha existido. No existe ninguna palabra en español como España. Son las Españas. La gente no tiene reparos en admitir su nacionalidad. Son castellanos, navarros, andaluces, - lo que sea - en vez de españoles.
2 Seguramente esta pequeñez de espíritu, su aislamiento e intereses particulares, tan opuestos al espíritu del mundo moderno, lo que hace que España esté en el más bajo nivel de las naciones civilizadas europeas. Si no es la causa principal, al menos es una de las principales causas de su decadencia.
3 En español en el original.
4 A Handbook for Travellers in Spain: Andalucia, Ronda and Granada, Murcia, Valencia, and Catalonia (p. 392 y ss).
En lo que si parece haber un acuerdo tácito entre los contertulios es que el desencuentro entre ambas partes viene motivado en gran medida por el franquismo y que la Constitución de 1977, que debería haber supuesto la superación de dicho trauma, ha sido incapaz de solucionarlo. Aparte de ese punto, parece imposible llegar a un acuerdo entre nosotros, por lo que me pregunté como nos verían desde fuera, y por ello comencé a viajar atrás en el tiempo.
Viajando, viajando llegué a 1830 donde un viajero inglés Richard Ford, hizo un retrato de la España de la época, que plasmó en sus libros A Handbook for Travellers in Spain: Andalucia, Ronda and Granada, Murcia, Valencia, and Catalonia y Gatherings from Spain. También, sin duda influenciado por los viajes de Ford, L. G. Seguin dió su visión de España en A Picturesque Tour in Picturesque Lands. De la lectura de estos libros podemos entresacar cosas bastante interesantes. Para empezar que el sentimiento de España, como nación única, no ha estado hasta hace bien poco asentado entre nosotros:
Mi paisano no quiere decir español, sino andaluz, catalán, etc. (Richard Ford)
But it is difficult, and indeed incorrect, to speak of Spain as of one undivided whole. Such she has never attained to being. There is no such word in the Spanish language as Spain. It is the Spains (Las Españas). The people do not care to admit their nationality. They are Castilians, Navarrese, Andalusians—what you please, rather than Spaniards, ... 1 (L.G. Seguin)
Quizás esta visión pueda parecer un poco folclórica, pero no estaría de más recordar las sangrientas revoluciones cantonales que asolaron España, poco después, en 1873.
Las consecuencias para tan ilustres visitantes son claras:
España es hoy, como siempre ha sido, un conjunto de cuerpos sostenidos por una cuerda de arena, y, como carece de unión, tampoco tiene fuerza y ha sido vencida en grupos sueltos. (Richard Ford)
It is surely this pettiness of view, this isolation and exclusiveness of interest, so opposed to the spirit of our modern world, which keeps Spain in the lowest rank of civilized European nations. If it is not the chief causes, it is at least one of the chief cause of her decadence.2 (L.G. Seguin)
Y ya puestos, ¿qué opinan tan ilustres visitantes de Cataluña y los catalanes?
Los catalanes no son ni franceses ni españoles, son diferentes tanto en lengua como en vestuario y hábitos; además la aspereza, y actividad bastan por sí solas para convencer al viajero de que ya no se encuentra en la nobiliaria e indolente España. Sus republicanos, que piensan que la grosería es una prueba de igualdad e independencia, inspiran a todo caballero bien educado el deseo de tratar con ellos lo menos posible. Hijos de los celtíberos suspiran por su perdida independencia, su patriotismo es fundamentalmente pueblerino y local. Cataluña (...) es la fuerza y la debilidad de España, y no hay provincia del mal unido manojo que constituye la monarquía convencional de las Españas3 que este país de revueltas que está siempre dispuesto a volar lejos. (...) Cataluña es la maldición y la debilidad de España y una perpetua dificultad para los gobiernos. Cataluña es el niño mimado de la familia peninsular, al que, a pesar de ser el más díscolo e ingobernable, se sacrifica al resto de la prole. Los catalanes, tremendamente egoístas, tienen muy poca consideración para con las demás provincias; y su carácter activo, sufrido y turbulento les hace difíciles para la pasiva indolencia del resto de la Península.3Richard Ford también culpa a Cataluña del atraso comercial del resto de España al imponer, con ayuda de los franceses, el proteccionismo a su industria textil a fin de mantener su monopolio en detrimento de las relaciones comerciales de Inglaterra con el resto de España. (Creo que JdeJ podría y tendría que decir mucho al respecto). Por otra parte que en ¡¡1855!! plasmase opiniones, que a día de doy, siguen siendo vigentes para muchos, tanto catalanes como españoles, da que pensar.
¿Qué conclusiones podríamos sacar al respecto? Bueno, quizás con la perspectiva que da el tiempo el único problema con catalanes y vascos es que aún necesiten un pequeño hervor, de unos 150 años, para terminar de sentirse españoles. Quizás, no se sentirán nunca y el problema siga pudriéndose, por lo que, visto así, a lo mejor, lo del referéndum no es tan mala idea.
Desde luego, y con independencia del valor de sus juicios, lo que está claro es que el problema catalán, no es algo de hace unos días y que, mal que les pese a muchos, Franco tuvo poca culpa al respecto.
En fin, como dirían los clásicos: "nihil novum sub sole".
P.S. A los aficionados a los libros antiguos os recomiendo el siguiente enlace: Internet Archive Search
1 Pero es difícil e incluso incorrecto hablar de España como un todo indivisible. Tal cosa nunca ha existido. No existe ninguna palabra en español como España. Son las Españas. La gente no tiene reparos en admitir su nacionalidad. Son castellanos, navarros, andaluces, - lo que sea - en vez de españoles.
2 Seguramente esta pequeñez de espíritu, su aislamiento e intereses particulares, tan opuestos al espíritu del mundo moderno, lo que hace que España esté en el más bajo nivel de las naciones civilizadas europeas. Si no es la causa principal, al menos es una de las principales causas de su decadencia.
3 En español en el original.
4 A Handbook for Travellers in Spain: Andalucia, Ronda and Granada, Murcia, Valencia, and Catalonia (p. 392 y ss).
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