sábado, 13 de febrero de 2010

Calidad Universitaria (II)

El Sr. Catedrático D. Antonio Ruiz  Elvira nos deleita en su blog del diario "El Mundo" sobre la subida del nivel del mar a la vez que deja un mensaje subliminal contra los negacionistas.

Del artículo entresaco dos párrafos:
En Haití no podía ocurrir un terremoto. Tampoco en  Indonesia.
La diferencia entre ciencia y dogma  (acudan ustedes al Museo Nacional de la Ciencia, el día 25 de Febrero, por la tarde) es que la ciencia duda constantemente, y constantemente dice “Solo sé que no sé nada”, mientras que el dogma sabe, sin duda alguna, con certeza firme, que no hay crisis, que no hay cambio climático, que no hay problemas y que vivimos en el paraíso.

La rotundidad de la primera frase es aterradora. Porque Haití, al igual que Indonesia, está situado en los límites de una falla, que es precisamente donde se producen los terremotos:

La isla La Española, que comparten Haití y la República Dominicana, es sismológicamente activa y ha experimentado terremotos significativos y devastadores en el pasado.
Un sismo la estremeció en 1751 cuando estaba bajo control francés y otro sismo en 1770 de 7,5 grados en la escala de Richter devastó Puerto Príncipe por completo.[10] [11] De acuerdo con el historiador francés Moreau de San-Méry (1750-1819), "mientras que ningún edificio sufrió daños en Puerto Príncipe durante el terremoto del 18 de octubre de 1751, la ciudad entera colapsó durante el terremoto del 3 de junio de 1770".[12]
La ciudad de Cabo Haitiano, así como otras del norte de Haití y la República Dominicana, fueron destruidas por el terremoto del 7 de mayo de 1842.[13]
En 1887 y 1904 se produjeron dos terremotos, uno por año, en el norte del país, causando «daños mayores».[14]
En 1946, un terremoto de magnitud 8.0 se registró en la República Dominicana, afectando también a Haití. Este sismo produjo un tsunami que mató a 1.790 personas.[15]
Un estudio de prevención de terremotos realizado en 1992 por C. DeMets y M. Wiggins-Grandison estableció como conclusión la posibilidad que la falla de Enriquillo pudiera estar al final de su ciclo sísmico y pronosticó un escenario, en el peor de los casos, de un terremoto de magnitud 7,2, similar en magnitud al terremoto de Jamaica de 1692.[16]
Paul Mann y un equipo de estudio presentaron en 2006 una evaluación de riesgo en la falla de EnriquilloConferencia Geológica del Caribe en marzo de 2008. Tomando en cuenta la gran tensión, el equipo recomendó "de alta prioridad" los estudios históricos de movimientos sísmicos, como el de la falla, que fue totalmente bloqueada y había registrado algunos terremotos en los últimos 40 años.[17] Un artículo publicado en el diario Le Matin de Haití en septiembre de 2008 mostraba los comentarios citados por el geólogo Charles Patrick de que había un alto riesgo de mayor actividad sísmica en Puerto Príncipe.[18] (Fuente)

En el Congreso Geológico del Caribe de 2008 señalaron que sus modelos arrojaban para la falla un ritmo de deslizamiento de unos 8 mm por año. Advirtieron de que esto, unido a que el último gran terremoto cerca de Haití fue en 1751, podría suponer "unos dos metros de tensión acumulado, lo que causaría un terremoto de magnitud 7.2 si hoy se liberase en un solo suceso" (Cressey, D. Sismología. El terremoto de Haití. Investigación y Ciencia. nº 401. Febrero, 2010.) 

La ubicación de Indonesia en los bordes de las placas tectónicas del Pacífico, la Euroasiática y la Indoaustraliana, la convierten en un lugar con numerosos volcanes y con terremotos frecuentes. Indonesia tiene al menos 150 volcanes activos, incluyendo el Krakatoa y el Tambora, famosos por sus erupciones devastadoras en el siglo XIX. La erupción del supervolcán Toba, hace aproximadamente 70.000 años, fue una de las erupciones más grandes jamás vistas y una catástrofe de alcance mundial. Entre los desastres ocasionados por la actividad sísmica reciente se encuentran el maremoto de 2004 que mató a cerca de 167.736 personas en el norte de Sumatra, y el terremoto de Java de mayo de 2006. (Fuente)
Así pues tenemos todo un señor Catedrático de Física Aplicada que, o bien no se molesta en comprobar sus afirmaciones, o bien no se lee lo que le escribe el negro de turno. Y encima le pagarán por ello.

La segunda es mejor: Negar la existencia del cambio climático, o calentamiento global según se tercie, es un dogma. Afirmar que existe, no.

Luego nos extrañamos de que la Universidad española esté donde esté.


Nota Final: La magnitud del terremoto que devastó Haití en 2010, fue 7.0

1 comentario:

Kotinussa dijo...

Diga quien diga las cosas, y diga lo que diga, ahí están las hemerotecas, que no perdonan.