lunes, 7 de noviembre de 2011

El sistema D'Hondt, o como se reparte el bacalao en unas elecciones.

Maireen en un comentario venía a preguntar que era más efectivo no votar, el voto nulo o el voto en blanco. Si bien, desde un punto de vista teórico si hay diferencia, desde el punto de vista práctico da igual hacer una cosa que otra. Viene a ser como la discusión acerca de que probabilidad es mayor: que te toque el gordo de la lotería o que te toquen los euromillones. La respuesta es la misma: ninguna.

En cualquier caso voy a tratar de explicar como se reparten los votos en España. Para empezar hay que entender que ningún sistema de representación es perfecto, de manera que tenemos que conformarnos con el menos malo posible. Por ejemplo, el sistema proporcional puro no es práctico ya que si lo aplicásemos en España resultaría que entre Madrid y Barcelona controlarían prácticamente la tercera parte de la Cámara, cosa que no haría gracia al resto de los ciudadanos de este país.

Para evitar este problema, Víctor D'Hondt ideó un sistema que permitía obtener el número de cargos electos asignados a las candidaturas, en proporción a los votos conseguidos. Este método funciona de la siguiente manera:

Supongamos que tenemos que elegir 11 diputados sobre un censo electoral de 5000 votantes. Los votos se reparten de la siguiente forma:


Se divide el número total de votos, VL, recibido por cada lista entre 1, 2, ..., C siendo C el número de cargos electos (En nuestro caso, C = 11). Quedaría (pulsad en la imagen para ampliar):



Ahora procederíamos a ordenar los cocientes de mayor a menor y de esta forma se asignarían los escaños:
En esta circunscripción los resultados finales serían:

PSOE: 5,
PP: 4,
IU: 2,
PReg: 0

Esta sería el sistema ley D'Hont puro y duro. No obstante, a veces, se fija un porcentaje mínimo de votos, tal que los partidos que no consigan alcanzar ese umbral quedan excluidos del conteo.

Dependiendo de la ley electoral el porcentaje de votos puede ser calculado sobre el conjunto total de votos o sobre el conjunto de votos válidos (quitando nulos).

Si hay alguien interesado en saber como afecta al resultado final de unas elecciones, el voto en blanco, el nulo o las abstenciones puede utilizar este simulador.

Para finalizar, una curiosidad: ¿cuál hubiese sido el reparto de escaños en las pasadas elecciones del 2008, si hubiésemos considerado España como una única circunscripción?.

En la tabla de abajo la solución. En la primera columna, considerando que no hubiese un umbral mínimo de votos, en la segunda con un umbral del 3% y en la tercera el reparto real de escaños.

3 comentarios:

Maireen dijo...

Hace sólo un par de días leí en un blog una explicación bastante prolija de las diferentes consecuencias de votar nulo, en blanco o abstenerse, con ejemplos. La conclusión era que no es lo mismo, ni en la teoría ni en la práctica. Ahora sería incapaz de explicártelo con detalle y además no recuerdo en qué blog lo leí (sigo muchos blogs, demasiados). He estado buscando el enlace en mi Reader y de momento no lo encuentro. Si doy con él ya te lo paso.

Lansky dijo...

La ley D'Hont no es el problema esencial

Numeros dijo...

Maireen yo también he visto en algún blog las diferencias de votar en nulo, en blanco o abstenerse. Por ejemplo en http://www.facebook.com/note.php?note_id=224051794275683. Pero la verdad es que son ejemplos bastante traídos por los pelos y se basan en supuestos poco factibles como ¿que pasaría si todos los votos en blanco hubiesen sido abstenciones? o aumentando artificialmente el número de escaños a repartir.